¿Carcoma o termitas? Así puedes diferenciarlas

Las plagas de carcoma o termitas pueden causar destrozos muy graves en la madera

La aparición de pequeños orificios en la madera indica la presencia de carcoma o termitas, dos tipos de xilófagos que pueden causar daños muy graves

La madera tiene dos grandes enemigas: las termitas y la carcoma. Ambas se introducen en su interior para alimentarse, causando desperfectos muy considerables si no se detectan a tiempo. Pero, ¿cómo saber si nos enfrentamos a una infestación de carcoma o termitas?

Para comenzar, es indispensable diferenciarlas físicamente. Las termitas son isópteros: tienen cabeza, seis patas y antenas. Algunas de ellas incluso tienen alas. Su morfología es muy similar a las hormigas, pero son de color blanquecino, de ahí que uno de sus apodos sea hormigas blancas.

La carcoma, por su parte, es una larva de varias especies de escarabajo. Su cuerpo tiene forma de arco y está compuesto por anillos, pero carece de antenas y sus patas apenas son visibles. Como es un coleóptero, tan solo se alimenta de la madera en su fase larvaria. De hecho, puede ser posible llegar a oír como la roe.

Estos son dos de los insectos xilófagos más comunes: aquellos que basan su dieta en la madera, dado que su sistema digestivo cuenta con bacterias o enzimas que les permiten procesar la celulosa.

El daño que provoca la aparición de carcoma o termitas solo se advierte en el interior de la madera, y pasa desapercibido en la capa superficial, que permanece intacta. Esto las convierte en una de las plagas más invisibles y difíciles de detectar. En muchas ocasiones, hasta que no salen al exterior, no se logra advertir su presencia.

Cómo detectar carcoma o termitas

Además de diferenciar entre carcoma o termitas, es necesario distinguir las dos principales clases de termitas. Las termitas subterráneas viajan hacia la madera abriéndose camino mediante la creación de galerías. Estos conductos de barro, que son una especie de túneles y pueden llegar a colgar del techo como estalactitas, alertan de la cercanía de termitas.

Por otro lado, las termitas de madera seca no construyen galerías, sino que anidan dentro de la madera, en la que excavan orificios a través de los cuales expulsan los excrementos y por los que las termitas aladas salen al exterior. Posteriormente, recubren estos agujeros de barro para taparlos.

La carcoma, una vez ha crecido, abandona la madera. Para ello también escarba orificios, pero a diferencia de las termitas no los cubre. En este caso, quedan al descubierto, con pequeñas pilas de serrín en las proximidades. Si este es de color blanco, será más reciente, pero si tiene una tonalidad marrón indica que ha pasado más tiempo desde su salida.

Por lo general, las termitas suelen atacar maderas procesadas, libros, cartón y telas, mientras que la carcoma prefiere anidar en madera maciza más vieja.

Asimismo, es importante tener presente que los agujeros no son ninguna garantía de que haya o no haya una plaga en el interior de la madera. Puede que los insectos ya la hayan abandonado y esté vacía, o puede que se haya infestado de nuevo con otra generación y todavía haya vida en su interior.

Los orificios en la madera revelan la presencia de carcoma o termitas

Cómo acabar con este tipo de plagas

Detectar con prontitud la plaga de carcoma o termitas resulta crítico para evitar serios desperfectos en muebles, antigüedades o, incluso, en elementos estructurales de los hogares. A fin de cuentas, estos insectos pueden destrozar por completo marcos de puertas y ventanas o vigas.

Un truco para intentar anticiparse a los destrozos consiste en dar pequeños golpes en la madera para comprobar cómo suena: si el sonido es hueco, puede ser que haya una plaga en su interior. De todos modos, como hemos mencionado anteriormente, cuando se descubren los daños estos ya suelen estar en una fase muy avanzada.

Ahora bien, ¿cómo se puede combatir una plaga de carcoma o termitas?

Para eliminar la carcoma se pueden aplicar altas temperaturas o apostar por la anoxia, una técnica consistente en disminuir los niveles de oxígeno de forma controlada para crear una atmósfera que impida la supervivencia de los insectos. También se pueden emplear insecticidas específicos, aplicándolos mediante gel o inyecciones, o recurrir a la pulverización, pero solo en elementos pequeños que no estén barnizados (si no, esta resulta insuficiente).

Todos estos tratamientos deben ser llevados a cabo por verdaderos expertos en la erradicación de plagas de carcoma o termitas, que inspeccionan la zona y eligen la solución más eficaz, evitando a la vez la contaminación del entorno.

Para acabar con las termitas existen tratamientos de cebos que aprovechan su trofalaxia (un mecanismo que permite a algunos insectos comunicarse a través de feromonas) y las engañan, logrando una alta mortalidad en toda la plaga. Además, es posible inyectar productos que las eliminen, como los insecticidas.

De nuevo, resulta esencial contactar con especialistas como Sanal Control Medioambiental, una empresa de servicios de control de plagas en A Coruña y Galicia. A fin de cuentas, esta clase de firmas cuentan con los profesionales más cualificados para erradicar carcoma o termitas con todas las garantías de seguridad posibles, cerciorándose de que la instalación queda descontaminada.

Los expertos no solo desarrollan un plan estratégico para eliminar la plaga de manera rápida y segura, sino que proporcionan una serie de consejos destinados a impedir su reaparición, como ahuyentar la humedad o evitar que los elementos de madera y celulosa estén en contacto directo con el suelo.

Y es que para deshacerse de estos enemigos silenciosos es indispensable rodearse de los mejores.

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